El presidente, Alberto Fernández, condenó la violencia estatal que se había desencadenado durante las trágicas jornadas del 19 y del 20 de diciembre de 2001.

Lo hizo durante el discurso que pronunció en el homenaje del Estado a las víctimas de aquella represión de dos décadas atrás. Durante el evento, que encabezó el mandatario, se descubrió una placa recordatoria de los fallecidos durante aquellas 48 horas.

"El Estado no está para ser violento, sino para hacer Justicia. Lo que uno debe hacer es escuchar, no disparar tiros", subrayó Fernández en la ceremonia, que se llevó a cabo en la explanada frontal de Casa Rosada, donde se emplazó una placa recordatoria en memoria de los muertos por la represión de 2001.

El Presidente estuvo acompañado por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla. Frente a Fernández se ubicaron las familias de las víctimas del accionar policial desatado durante los dos últimos días del Gobierno de la Alianza, integrado por la Unión Cívica Radi cal (UCR) y por el Frente País Solidario (Frepaso), que hace veinte años encabezaba Fernando de la Rúa (UCR).

"Hoy es un día triste. Es un día en el que los argentinos nos enlutamos por la muerte impuesta a muchos argentinos. Es un día de recuerdo y memoria", afirmó el jefe de Estado.

Fernández remarcó que era necesario rendirle un tributo a las victimas de la violencia institucional. "Esta se desató en el mismo momento en el que el pueblo salió a la calle a decir basta, porque no aguantó más el pesar de un modelo económico que solo traía pobreza", dijo.

Tras mencionar la crisis de la Convertibilidad, recordó: "cuando el pueblo vino a esta plaza (por la Plaza de Mayo) se encontró con caballos, gendarmes, balas de goma y de plomo que se llevaron la vida de muchos argentinos".

"Los argentinos estábamos mal y salimos a quejarnos. Y muchos de los que salimos terminaron su vida ese día por la brutalidad del Estado. Por la incapacidad del Estado de dar respuesta y por algo que hay que desterrar para siempre, que es la violencia institucional", puntualizó.

Fernández consideró propicio que el Estado nacional, institucionalmente, se hiciera cargo de lo ocurrido y que no pasara como un día más.

También cuestionó al Poder Judicial. "La Justicia tardó en llegar veinte años y llegó mínimamente, porque ninguno fue condenado por los homicidios, sino por delitos menores", reprochó.

Sobre la placa recordatoria a las víctimas, señaló: "lo mejor es que cualquiera que entre por la puerta principal de la Casa Rosada pueda ver allí los nombres de los que aquellos días perdieron sus vidas; y que recuerden desde el Presidente al último ciudadano. Por esos nombres que están allí nosotros vamos a seguir luchando para que la violencia sea de una vez y para siempre desterrada y tengamos vida en armonía, aun cuando debamos quejarnos por cosas que no nos gustan".

La placa dice: "en memoria de quienes fueron víctimas de violencia institucional, defendiendo la democracia en todas las calles del país. El dolor por las vidas perdidas es el cimiento para luchar por una Argentina justa".